Consta de celdas que transforman la energía del sol en electricidad útil gracias a que están hechas de materiales semiconductores, generalmente de silicio cristalino o arseniuro de galio.
A lo anterior se suma un inversor, materiales eléctricos, fotovoltaicos y una estructura de aluminio para garantizar una vida útil del sistema por al menos 25 años.
La energía se utiliza en tu red eléctrica y si hay excedentes, se regresa al sistema de CFE y se abona a tu cuenta.
Los técnicos responsables de la instalación están certificados.